Entrevista con Günther Revollo, investigador histórico y genealogista
Nuestra sociedad desde la época de la colonia intentó construirse para alcanzar su identidad. La mezcla de sus costumbres, tradiciones… cultura, hasta la influencia de la moda española, repercutió en los nativos y en los españoles que vivían en América.
Con seguridad, también influenció el lugar donde se asentaron los colonos, como los valles, altiplano y oriente, con marcadas diferencias entre clases sociales y contrastes del mundo rural y urbano.
Para obtener una información más precisa, entrevistamos a Günther Revollo, Director del Grupo de Artes Escénicas Deja Vu, cuya labor de investigación histórica y genealógica le ha llevado a conocer y estudiar también los aspectos costumbristas -incluyendo la vestimenta- en particular, para las representaciones históricas que realiza con su elenco.
En la época colonial, ¿cuáles eran las telas que utilizaban los nativos para su vestimenta?
El tejido, como se evidencia en hallazgos arqueológicos, fue parte importante de la cultura en la región durante siglos. A la llegada de los españoles, encontraron que la textilería era una de las actividades más desarrolladas por su riqueza y variedad. Esto se debía principalmente a que habían absorbido conocimiento en cuanto al uso de materiales y técnicas de elaboración, de las culturas vecinas conquistadas.
Eran reconocidos en la comunidad los artesanos tejedores (cumbicamayoc), los que elaboraban los tintes con hierbas (tanticamayoc), y los que hacían el teñido (cauticamayoc). Los tejidos eran de lana de llama, alpaca o vicuña, fibras de algodón (especialmente para las zonas más cálidas) y piel de vizcacha, entre otras.
El rango social determinaba el acceso a prendas más finas y ornamentadas, pero en rasgos generales, las mujeres usaban el acsu (una túnica larga sin mangas) y una liclla o manta; los varones usaban un unku (camiseta hasta las rodillas) y la huara (taparrabos). Se complementaba la vestimenta con ojotas para los pies y la chuspa (bolsa). Los detalles de colores o diseños del tejido variaban de acuerdo con la zona de origen.
¿Qué lienzos predominaban en la vestimenta de las damas y varones españoles y de dónde eran traídos?
La necesidad de contar con tejidos para la vestimenta de los colonizadores y sus actividades cotidianas: ropa de cama, mantelería, ornato religioso, exigió que tuvieran que importar el material desde Europa, ya que los tejidos locales no se adaptaban a sus costumbres. Por ejemplo, los paños podían ser de España o Inglaterra, los linos de Francia y la estameña de Italia. Claro que el comercio era centralizado a través de la Casa de Contratación en Sevilla, es decir que estos productos pasaban por España aunque fueran producidos en otros países o regiones.
Revisando partes de viaje de los siglos XVI y XVII, se puede ver que entre la extensa variedad de telas trasladadas a América del Sur mencionan, además de las ya citadas, las siguientes: angeo, brin, burato, brocado, camelote, carisea, contonia, chacalote, damasco, jerga, olanda, raso, roan, sarga, tafetán y terciopelo
¿Cuál fue la preeminencia de la moda española en los nativos de la época colonial?
Al inicio de la conquista se emitieron cédulas reales que prohibían a los originarios vestirse como españoles (entre muchas otras prohibiciones), pero ya en el siglo XVII, el hecho de imponer cambios a la vestimenta de los nativos se trató en realidad de una medida para “civilizarlos”, ya que deseaban imponerles vestimenta para cubrir su aparente desnudez (por llevar menos ropa que los españoles), la cual consideraban que era reflejo de un estado de retraso social.
También hubo un componente económico detrás de las medidas, ya que se imponía la compra del material para la confección de los nuevos trajes, al estilo europeo. Por ejemplo, el cambiar el sencillo traje de las mujeres originarias por faldones de corte español, obligó a emplear muchos metros más de tela, que debían pagarse a los comerciantes españoles. Con respecto a los varones, se impuso con bastante facilidad la camisa y el pantalón, por la comodidad de estas prendas.
Los cambios fueron dándose de forma gradual, con mayor rapidez en los centros urbanos, que en el campo. El proceso además tuvo también mucho que ver con el mestizaje, porque los mestizos tenían más posibilidad de adoptar la vestimenta de su progenitor español.
En los valles y el oriente, ¿cómo era el atuendo de los nativos y cuál fue la influencia de los españoles?
Cuando hablamos de los valles que antes habían sido dominados por los incas, es necesario recordar que la práctica del mitmakuna, o traslado de poblaciones dominadas hacia otras regiones, ya impuso un cambio en la forma de vestir regional; ya que las comunidades trasladadas mantenían su identidad por los colores, estilos y diseños en sus tejidos. Al ingreso de los españoles, se modifica en alguna medida la vestimenta, manteniendo elementos de identificación étnica. Así, tenemos sacos, pantalones y vestidos bordados en colores y con figuras características, que hasta nuestros días identifican las diferentes zonas del país.
Ahora bien, en el caso del oriente, con temperaturas muy elevadas, los españoles encontraron habitantes prácticamente desnudos. En algunos grupos se empleaba el taparrabos y otros elementos principalmente ceremoniales confeccionados con fibras vegetales, plumas y pieles de animales. A la llegada de los europeos, y principalmente los misioneros de órdenes católicas, cubrieron esa desnudez con túnicas sencillas y ligeras, tanto para varones, como para mujeres, naciendo así el antecesor del tipoy. Estas túnicas no solamente eran confeccionadas con telas, sino que se empleaba también material local, como ser la corteza del bibosi y fibras de plantas silvestres.
¿En qué momento la mujer indígena cambio su vestuario original por la pollera, la mantilla y el sombrero?
Desde inicios de la colonia hubo un cambio en la vestimenta, ya sea por obligación, asimilación o mestizaje; pero los originarios no podían acceder a comprar (ni se les hubiera autorizado usar) todos los elementos propios del atuendo propiamente español. Entonces, fueron adoptando la blusa y el faldón simplemente, que además no siempre era confeccionado con género importado; sino que fueron usando las telas producidas tradicionalmente en la región (de lana de alpaca o llama) y las que ya empezaron a producir localmente con lana de oveja, animal que rápidamente proliferó en América, instalándose numerosos obrajes para el tejido. De todas maneras, el material y la ornamentación de las prendas diferenciaba a las personas entre estratos sociales, igual que en el incario.
Como referencia, podemos señalar que en contrataciones de servidumbre fechadas entre 1680 y 1710, se establecía en el Cusco el pago por los servicios en prendas de vestir: piezas de acso y licllas (originarias) junto con blusas y polleras, demostrando una coexistencia de las diferentes formas de vestimenta.
Las características de los vestidos y sombreros estaban en función a la región, empleándose paños para las zonas frías, por ejemplo. Igualmente, el uso o no de mantillas, así como la variación en cuanto al tipo de tejido empleado, dependía de las características climatológicas de la región.
Debemos señalar que fue recién después de la independencia que gradualmente las clases sociales, que antes no podían acceder a todos los elementos de la vestimenta de las damas europeas, también se liberaron de ciertos cánones sociales e hicieron propias las polleras, blusas y mantillas, manifestándose en la extensa variedad de estilos que apreciamos en las diferentes regiones de nuestro país.
En los albores del siglo XIX, que es la etapa cuando iniciamos nuestras investigaciones, porque es la época cuando se dan los primeros gritos libertarios para posteriormente lograr la independencia nacional en 1825. En este período, ¿cómo vestían los criollos y mestizos? ¿Y los indígenas, tuvieron alguna modificación en su vestido?
La gente más adinerada importaba piezas de ropa, joyería, sombreros y demás prendas de Europa. Su origen de sangre estaba entonces representado también en su forma de vestir. La clase media, de artesanos y mestizos, seguía la moda europea en su estilo de vestir hasta cierto punto, pero con menos ornamentación, y las piezas eran confeccionadas en telas menos finas y más acorde a sus oficios. Por su parte, las clases menos pudientes, elaboraban sus vestidos con diseños mucho más sencillos, utilizando tejidos más rústicos, como ser la bayeta de la tierra.
El proceso de independencia se dio no solamente en lo político y económico, sino en todos los ámbitos de la vida diaria, la moda incluida. Sin embargo, era un proceso que también había ocurrido en Europa (la Revolución Francesa trajo grandes cambios en la forma de vestir). Con algunos años de retraso, llegó la moda imperio, principalmente a las grandes urbes y entre las clases más pudientes. Luego se dio el fenómeno de que los criollos adinerados, como parte de su protesta contra España, fueron adoptando estilos ingleses y franceses en el vestir.
¿Cómo lucían las damas y los varones en su vida cotidiana y que trajes utilizaban en las reuniones sociales?
Las mujeres lucían blusas y faldas amplias, mantillas y peinetones en la cabeza. Los varones, sacos precursores del frac y pantalones apretados, con botas de caballería y sombreros altos.
Una vez más la diferencia principal era la calidad y ornato de las prendas. Lo más fino se destinaba a las reuniones sociales y lo más rústico a la vida cotidiana. Podemos ilustrar esta situación con el ejemplo de las medias: a una fiesta, las clases adineradas asistían vistiendo medias de seda, mientras que usaban esta prenda confeccionada en lana, en su actividad diaria; en cambio, las clases inferiores, no usaban medias de ningún tipo.
Como en toda época, el poder adquisitivo determinaba el estilo de vestir. Esta historia continuará….
Si quieres conocer todo el contenido de la primera colección de AHORA Historias y Leyendas de Bolivia, ingresa en el siguiente enlace: https://ahorahistoriadebolivia.com/landingbolivia/