Sin duda, el estreno del alumbrado eléctrico en la ciudad fue el número más destacado de la ceremonia preparada para aquel 14 de septiembre de 1908. Al cumplirse 98 años de la sublevación, Cochabamba lograba, también, liberarse de la oscuridad.
Una ciudad a oscuras
Para comprender la magnitud que tuvo este hito en nuestra historia, debemos referirnos al contexto que lo precedió. Una Cochabamba “soñolienta, descansada y placenteramente ociosa”, en palabras de Augusto Guzmán, que sin embargo, en sus élites, denotaba una aspiración hacia la vida moderna urbana, buscando acercarse a la idealizada Europa.
En 1890, un periodista escribía sobre la lobreguez de las noches cochabambinas y un alumbrado público en base a luz de sebo que apenas alcanzaba a dos o tres cuadras a la redonda de la Plaza de Armas, cuyo encendido estaba a cargo de la Policía y luego dependía de los dueños de casa el encendido de una vela en cada puerta o ventana (Solares 2011: 93).
Después de 17 años la situación no había cambiado, pero la preocupación de la gente había crecido. “Caminando a una cuadra de la plaza principal y entrando en la segunda parece que se penetra en el limbo”, reflejaba “El Heraldo” en 1907.
Gestiones y necesidad
Los primeros síntomas de modernidad a la que se aspiraba fueron el telégrafo y, como anécdota más que hecho trascendental, el paso de un automóvil importado desde Estados Unidos por don Jesús Aguayo (Rodríguez 2008: 25) que sorprendía a la gente.
En 1888 se sugirió la creación de una ¨Empresa de alumbrado eléctrico y agua potable¨, que eran las más urgentes necesidades de la población. Hacia 1900 el uso de faroles en base a Kerosén se extiende a por lo menos 60 cuadras. En 1902 la alcaldía intenta comprar un motor para producir energía eléctrica con gran éxito.
Finalmente, tras 19 años de gestiones por parte de las autoridades locales, es el sector privado que da un paso al frente, para concretar un emprendimiento y, mediante escrituras de fecha 18 de marzo de 1908, se consolida la Compañía de Luz y Fuerza Cochabamba como sociedad anónima.
Se acerca la luz
La inauguración del alumbrado público fue prevista en primera instancia para el 6 de agosto, Día de la Independencia, pero el clima y el pésimo estado de los caminos hace desistir a la empresa, pues el material y maquinaria que debía llegar desde Oruro se retrasa. Finalmente se fija el 14 de septiembre, día de la efemérides Cochabambina, como fecha para la tan esperada inauguración.
El investigador Gustavo Rodríguez Ostria, hace una descripción panorámica de lo que se vivió aquella noche:
“El 14 de septiembre de 1908, día magno del departamento, masas de cochabambinos, propietarios, artesanos y chifleros/as se congregan en horas de la noche en la Plaza de Armas de la capital del departamento. Cochabamba es una pequeña y cansina urbe que apenas supera los 35.000 habitantes. Miles se agolpan en la explanada central y las calles adyacentes para presenciar un espectáculo tan inusual como largamente esperado: el debut del alumbrado público por energía eléctrica suministrado por la recientemente establecida Sociedad de Luz y Fuerza Eléctrica Cochabamba, ELFEC” (Ostria 2008: 9).
Aunque en las palabras de Rodríguez los artesanos forman parte del conglomerado expectante a la electricidad, un grupo fue afectado de gran manera en sus intereses: los fabricantes de velas. “Hay testimonios orales de la cólera de los antiguos fabricantes de velas, que habrían echado sebos y espermas en la Plaza 14 de Septiembre en señal de protesta; pero nada detendría a los pioneros de la modernización del país y de nuestra villa”, sugiere en una de sus crónicas el escritor “Manuel Rocha Monroy”. Más allá de la anécdota, las luces apuntaban hacia el futuro de Cochabamba que se veía a sí misma como la próxima metrópoli.
El acto
Qué mejor descripción de lo ocurrido aquella histórica jornada, que el relato de los cronistas de aquella época:
“A horas 7 p.m, la Plaza de Armas de nuestra histórica villa estaba repleta de una muchedumbre inmensa. Calculando aproximadamente podemos decir que la concurrencia pasaba de 15.000 personas que esperaban ansiosas la inauguración del alumbrado.
Desgraciadamente la luz se hizo esperar desde las 7 hasta 8:30 de la noche, por circunstancias causales independientes de la voluntad de los empresarios.
Su aparición fue recibida con un hurra que repercutió vigorosamente de un extremo a otro de la población y el contraste de la anterior oscuridad con la brillante luz de los focos fue más notable todavía.
Desde ese momento, la población que estaba concentrada en la plaza se entregó sin reserva a toda clase de regocijos.
La banda de música, después de alegres y bulliciosas dianas obsequio a la inmensa muchedumbre una retreta que hizo el encanto de la noche.
Los niños de las escuelas atronaban en aire con sus cánticos marciales: el Himno Nacional, la Marsellesa, el Himno a Cochabamba, eran entonces momento a momento y a voz en cuello.
La gran Columna de Septiembre, homenaje perdurable y modesto que las pasadas generaciones levantaran a la memoria de nuestros héroes legendarios estaba atestada de guirnaldas de laureles y siempre vivas. La guardia de honor de la columna estaba encomendada a la sociedad ‘Calatayud’, cuyos miembros vestidos de vistoso uniforme militar se han distinguido como el que más. Un pabellón de focos eléctricos de colores que caían como lluvia fantástica adornaba la hermosa Columba de piedra.”
“La multitud se dispersó a las diez de la noche porque los focos dejaron de alumbrar a esa hora, a causa de una tempestad que se desarrolló en las alturas de Chocaya”. (El Heraldo, 17 de septiembre de 1908).
En los años posteriores se fueron implementando otros anhelados proyectos de desarrollo como el Ferrocarril Cochabamba – Oruro, requisito indispensable para el desarrollo económico; el tranvía y el asfaltado de las calles, cada uno con su propia y apasionante historia.
Referencias
– ¨Energía eléctrica y desarrollo regional¨. Gustavo Rodríguez Ostria. Elfec S.A. 2008.
– ¨El Heraldo¨, 17 de septiembre de 1908
– ¨La larga marcha de los cochabambinos¨.
Humberto Solares Serrano, Grafisol, 2011.
– “La fundación de Elfec”. Manuel Rocha Monroy, www.anecdotariocochabamba.blogspot.com, 27 de agosto de 2011
Fotografías
Rodolfo Torrico Zamudio
Ilustraciones
Alberto Tadic
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