Es importante tener en cuenta el cuidado dental de nuestros pequeños, para esto la doctora María Cecilia Joffré nos transmite en esta oportunidad la manera más adecuada de prever y velar por una correcta formación dental y maxilar, acorde a la edad del infante.
Desde el nacimiento del bebé, hasta sus 6 meses, los veinte dientes están debajo la encía, es bueno fomentar y apoyar la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, también acostumbrar al niño a beber agua pura, de hierbas o jugos de fruta natural sin añadir azúcar, para evitar la adición por el sabor dulce.
Es sumamente importante preparar una correcta erupción dentaria; sí toma mamadera, que esta sea para alimentarse, no para dormir. No acostumbrar y en lo posible evitar el uso del chupete. En el caso de la mamadera, se debe higienizar la boca del niño con una gasa o algodón humedecido en agua, pasándolo delicadamente por las encías y lengua del infante.
En el caso de niños de 6 a 12 meses podemos presenciar el proceso de erupción dentaria y sus molestias, ante ello es pertinente consultar a un especialista. La alimentación debe ser con papilla, evitando la adición de azúcar y el chupete. Higienizar la boca del niño después de la alimentación. Se debe dar un uso racional de flúor sistémico, indicado por el profesional odontólogo.
En niños de 1 a 2 años vemos aparecer los primeros molares temporarios, en ese momento, se debe comenzar la higienización buco dentaria con cepillo dental pequeño. Se recomienda evitar el consumo de pan y dulces entre las horas de comida. Aquí se debe suspender el biberón y chupete si lo usa, ya que de esto dependerán las condiciones de salud del niño. A los dos años y medio se completa la dentadura temporal con los veinte dientes, en esta etapa se debe llevar al niño a su primer examen bucal con el odontólogo.
En niños de 2 años y medio a 4 años se debe efectuar el primer examen odontológico en el sillón dental para evaluar la erupción dentaria, caries, alteraciones en el desarrollo de los dientes, hábitos de higiene, alimentación ingesta de azucares y flúor sistémico, así como detectar la respiración bucal y hábitos de succión.
En niños de 5 a 6 años el control con el especialista debe ser periódico (cada 6 meses), preparar al niño para el recambio dentario, el cual sigue un orden y secuencia regular. De igual manera, evaluar los hábitos de higiene, alimentarios e ingesta de azúcar. En esta etapa aparece el primer diente permanente (primer molar) detrás de los molares temporarios. El niño ya debe cepillarse solo, pero con supervisión y guía de un adulto, incluyendo el uso del hilo dental entre los molares además de un uso racional de flúor indicado por el odontólogo.
Finalmente, en niños de 7 a 14 años se inicia el recambio desde los 6 a 7 años, a los 11 a 12 años; en general a los 10 años se reemplazan los molares y los caninos temporarios por los premolares y caninos permanentes. A los 12 años aparecen los segundos molares permanentes; es así que la dentadura está casi completa, faltando solo los terceros molares, que aparecerán después de los 17 años.