Los ligamentos cruzados de la rodilla son dos estructuras ligamentosas localizadas dentro de la articulación de la rodilla, uniendo el fémur y la tibia, para dar estabilidad, sobre todo en la dirección antero-posterior de un hueso sobre el otro. El ligamento cruzado anterior (LCA) transcurre desde la parte posterior y externa de la escotadura intercondílea del fémur hasta su inserción antero-medial en la tibia, cruza por delante del ligamento cruzado posterior (LCP) que discurre de forma contraria, desde la parte anterior y medial de la escotadura femoral hacia la región posterior de la tibia.
¿Cómo se lesiona el ligamento cruzado anterior de la rodilla (LCA)?
Los ligamentos cruzados son fundamentales para la correcta cinemática de la rodilla. El LCA se lesiona con mucha frecuencia debido a torceduras de la rodilla provocadas sobre todo por deportes que implican giro con el pie apoyado: fútbol, baloncesto, etc. También se lesiona en deportes de lucha como el judo, y en motocross cuando se hace un apoyo brusco del pie en el suelo.
La mayoría de las veces lo que se produce es una rotura completa del ligamento, que se suelta o rompe en su inserción femoral o proximal. El ligamento pierde su función de estabilizar la rodilla en ciertos movimientos. En muchas ocasiones la lesión del LCA va acompañada de lesiones del ligamento lateral interno, de lesiones meniscales, y de contusiones óseas en la zona externa de fémur y tibia.
Cuando se acude a la consulta del especialista, este explorará la rodilla, siendo este punto el más importante a la hora de tomar una decisión terapéutica. La necesidad de intervenir o no la rodilla dependen del examen físico con maniobras que realiza el traumatólogo. Dichas maniobras se llaman Lachman, Pivot-shift y Cajón Anterior; además de dar información acerca del buen o mal funcionamiento del ligamento, independientemente de las imágenes complementarias que podamos hallar en la Resonancia Magnética. En todo caso esta prueba de imagen la realizaremos para confirmar el aspecto del ligamento y valorar bien otras lesiones en meniscos o cartílago articular, que pueden por sí mismas requerir también de la intervención quirúrgica.
Por todo lo detallado es fácil deducir que en pacientes jóvenes y activos el tratamiento de elección es el quirúrgico, realizándose reconstrucción del mismo, puesto que el roto no es reparable. Las diferentes técnicas que se realizan hoy en día son todas asistidas por artroscopia. El nuevo ligamento se forma con tendones propios (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto). Pueden usarse tendones de la pata de ganso (isquiotibiales) o el tercio central del tendón rotuliano. En caso de usar un injerto de un banco de hueso se suele utilizar también tendón rotuliano (HTH) o tendón de Aquiles. Los pacientes operados con injerto de este tipo se recuperan más rápidamente para una vida normal, debido a que no se ha tenido que obtener el injerto de ninguna zona propia que en las primeras semanas puede dar dolor o inflamación. Sin embargo la disponibilidad de injertos en los bancos es limitada y no inmediata. Una vez realizada la cirugía, el fisioterapeuta realiza el abordaje de forma inmediata para rehabilitar al paciente y es en este sentido que el centro de fisioterapia y kinesiología STILETTO, con más de 20 años de experiencia realiza el tratamiento de ésta y muchas otras cirugías de tipo traumatológico como prótesis de rodilla y/o cadera con resultados altamente satisfactorios y en el menor tiempo posible.